Portazos

03 diciembre 2012

De un tiempo a esta parte, más que para entrar, venimos usando las puertas para salir. Y desgraciadamente, no siempre es la puerta grande la que nos vemos obligados a utilizar. Ni por asomo. Nos vamos, sin más. Y nos vamos dando cuenta, además, de que no siempre que se cierra una puerta, se abre otra. Sobre todo si la puerta que se cierra, se cierra detrás. Ni se abre otra, ni te la abren por mucho que llames. Y muchas veces, ni siquiera es posible echarla abajo a patadas. Y quién sabe, tal vez sea mejor así: ten mucho cuidado con las puertas a las que llamas, que te las pueden abrir. Y no todas son las puertas del cielo. Ni mucho menos. En la mayor parte de los casos nada más que son puertas de embarque, puertas de emergencia, puertas de seguridad, puertas blindadas, puertas traseras o puertas falsas. Y luego están las que sólo sirven para colgar el cartel de «No molestar». Y en esas, lo único que importa es a qué lado del cartel te has quedado.

21 comentarios:

Carlos Rubio. Economista. dijo...

Como siempre, ¡cuánta razón tienes!.

Leandro dijo...

Mi mujer disiente radicalmente, Carlos. Tal vez me tendría que haber casado contigo

Sarashina dijo...

Hola, Leandro. De nuevo por el mundo blogger, paso a leer algo tuyo. Me lo he tomado con mucha más calma y serenidad. Me ha gustado esta disquisición sobre puertas, y es que yo ya no sé en puertas de qué estamos; parece que de nada bueno, tal y como tú sugieres sutilmente. De momento, a mí me gusta estar de puertas adentro.

Leandro dijo...

Con calma y de puertas adentro, así da gusto. De ahí no puede salir nada malo. Ni siquiera por la puerta

Anónimo dijo...

O yo

Leandro dijo...

Ya está, me perdí

Anónimo dijo...

Gracias por tus palabras en CARA.
Si después de todo consigo que me abran una puerta que merezca la pena, te lo haré saber... entretanto tengo que buscarla.
Beatriz

Leandro dijo...

Lamentablemente, Beatriz, son sólo palabras. Y muy posiblemente, ni siquiera las palabras que merecéis. Ánimo con esas puertas, échalas abajo si hace falta

Ana dijo...

Del texto ya opiné, por otros medios
Y la música, por fin las he oído y:

La primera, deprimente. No sé de quién es pero no me gusta nada

Los Rodríguez no fallan

Bob Dylan, acompañando al texto estupendamente

Leandro dijo...

Ostras... pues a mí me encanta. De hecho, le he pedido el disco a los Reyes Magos

Leandro dijo...

El disco... pero qué antiguo soy, coño

Anónimo dijo...

Pues por muchos cuerpos de ventaja, ganadora, sin dudarlo ni un segundo: Bob Dylan

Leandro dijo...

Es que sois muy internacionales

Anónimo dijo...

Universales, ciudadanos del mundo.

Leandro dijo...

Pues vaya pueblo más grande el vuestro

Amor dijo...

Mientras no tengamos que pedir de puerta en puerta...

El lunes, a puerta cerrada, bailé no sé cuantas versiones de esta"
en un mítico bar cercano a la Merced en una noche que no cuento en el blog porque no me da el arte para cosas tan inopinadas.

Leandro dijo...

Las cosas a puerta cerrada suelen ir bien... para el que está dentro, claro. Nos sobra el arte, todo es cuestión de ponerse

Anónimo dijo...

_A tí te sobra.

Leandro dijo...


Más vale que sobre

Tresmasqueperros dijo...

Sigues tan fresco como siempre Leandro. ¡Muy bueno! Mira me voy ya a la cama, sin leer nada más por hoy... A ver si sueño con puertas, pero de las de entrar.

Leandro dijo...

Se agradece las buenas palabras, pero sigo de todo menos fresco. Ya me gustaría a mí escribir suelto y con frescura. Bueno, qué digo... ya me gustaría a mí escribir

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