Cómo precipitarse por un acantilado de papel

14 agosto 2013

Pues no, resulta que no todo iban a ser negativas y silencios, como aventuraban los más pesimistas. Y tal vez mentiría si negase que yo me contaba entre ellos, entre los más pesimistas. De hecho, quizá fuese el único de ellos. Es más, hay bastantes posibilidades de que yo fuera el único que aventurase algo acerca de esta cuestión. Pero eso es harina de otro costal, no nos desviemos del tema. Decía que no todo iban a ser negativas y silencios. Qué cosas.

He recibido algún silencio más, cierto. O he dejado de recibir alguna respuesta, como prefieran llamarlo. Es igual de cierto. Pero no lo es menos que también he recibido, no una, sino dos contestaciones que se apartan del mero «gracias por participar». De todo esto hace ya dos o tres semanas, y si no he dado cuenta antes ha sido porque aún no me he repuesto del todo de la sorpresa. Ni del susto. Y porque, estando como estoy inmerso en unas agotadoras vacaciones, no he encontrado el momento, para qué nos vamos a engañar. 

Como decía, dos respuestas diferentes. Empiezo por la segunda, si me lo permiten. No me publican el relato, lo cual entraba dentro de lo previsto, ya lo sé. Pero, eso sí, no lo publican porque ya tienen cerrada la próxima edición de la revista. Podrían haberlo dejado ahí, y a otra cosa. Sin embargo, me invitan a enviarles algo para el siguiente número allá por octubre o noviembre, que será cuando empiecen a trabajar con él. De manera que voy a aprovechar esa simpática invitación para sacar esta respuesta de la categoría «negativas tajantes», e inaugurar con ella la columna «puede ser, tal vez». Y en otoño hablaremos. Sí, también lo sé: eso es barrer para casa. Pero no veo que perjudique a nadie, si dejamos al margen lo que de autoengaño pueda haber en todo eso. Nada grave, en cualquier caso.

La primera contestación a la que me refería llegó unos días antes que la segunda. Obvio. Y sí, esta vez aceptaban publicar mi relato. Así, sin más. Huelga decir que la primera impresión, incluso antes que de sorpresa, fue de alegría. De bastante alegría. Era la primera vez, y ya casi había olvidado la última vez que tuve una primera vez. Así que, de entrada, muy contento. Luego me dio por pensar que quizá la cosa no fuese para tanto. Es decir… ya sé que, de hecho, no es para tanto; pero me refería a que quizá fuese aún para menos. Me refería a que, tratándose como se trata de una revista con una trayectoria aún muy breve, a lo mejor me publicaban el cuento porque les faltaban textos para completar el contenido del próximo número. O porque, sencillamente, no tenían otra cosa que publicar. De relleno, vamos. Pero no. Es, en efecto, una revista joven. Muy joven. Sólo tiene un número publicado, aunque, eso sí, el número de descargas supera ya las seis mil (os dejo aquí el enlace por si tenéis interés en seguir incrementándolo). Y eso no es todo. Lo mejor es que sí tenían otros textos para publicar, quod erat demostrandum. Tal vez no fuesen muchos, quién sabe, pero sí que había otros. Eso significa que mi relato ha pasado un proceso de selección. Tal vez mínimo, sí, pero ha superado una cierta criba. Algo es algo. Y este algo supone un paso adelante y una novedad: en septiembre veré uno de mis cuentos puesto en limpio por alguien que no soy yo. Ya falta menos.

12 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Ya falta menos, ya falta poco.

Leandro dijo...

Sí. No sabemos para qué, pero sí, falta menos... que no necesariamente poco

Carlos Rubio. Economista. dijo...

El tiempo dictará sentencia pero, por ahora, me uno a tu júbilo.El relato que te van a publicar, es público? (disculpa, no sé como poner el símbolo de interrogación inicial, con este móvil tan moderno), es decir, se puede leer ya? (idem) o habrá que esperar a su momento de gloria? (....@$#%+/-*....no lo encuentro por ninguna parte), que deseo que sea eterna, en el buen sentido, se entiende.

Leandro dijo...

Al enviarlo a la revista me comprometo a no publicarlo por mi cuenta, Carlos. Al menos, de momento. Es lo único que me piden, y la verdad, estaría feo que me lo pasase por el forro. De todas formas, no te preocupes que en cuanto este en el aire me va a faltar tiempo para avisarte. A ti y a unos cientos más.

Yo también te deseo gloria eterna, compañero. Que no nos falte de ná

Ana dijo...

Lo mío es más rápido: Oleeee!!!

Leandro dijo...

¿Más rápido que qué? Porque ser más rapido que yo tampoco es como para andar presumiendo

Francisco Javier Illán Vivas dijo...

Hola.
Permíteme contarte unas cosas.
Primero te contaré que hemos descartado más de veinte relatos para el próximo número de Acantilados de papel, por que no se ajustaban en nada al carácter que deseábamos darle a la próxima revista.
Así que no era por rellenar, en eso puedes estar seguro.
Somos jóvenes, pero prácticamente todo el equipo de redacción es el mismo que sacó el último número de Ágora papeles de arte gramático y, en algún caso, como el mío, llevamos varios años con revistas literarias en el "mercado".
Y otra cosa, los relatos los leemos seis personas, que valoramos con una puntuación y, finalmente, decidimos cual entra y cual no.
Espero que todo esto te haga más placentero el viaje en Acantilados de papel... y en octubre, noviembre, abrimos convocatoria para el próximo número.
Abrazos y gracias por venir con nosotros en este viaje.

Leandro dijo...

Pues sí, en efecto, me lo hace aún más placentero... si es que eso es posible. Cosas de esta vanidad que no es buena, lo sé, pero no consigo meter en vereda.

En cuanto a los comentarios sobre la revista, no pienses que tenían la más mínima intención de hacerla de menos. Al contrario. Estoy muy contento y más que agradecido. Si algo pretendía era hacerme un poco de menos a mí, para evitar que todo este asunto se me suba a la cabeza (aún más).

De hecho, la parte "narrativa" de la primera la tengo ya muy leída. Incluso me he permitido contactar con los autores de los relatos que más me han gustado para hacérselo saber. Y alguno de ellos incluso me ha contestado. Un lujo.

Francisco Javier Illán Vivas dijo...

Pues entonces estamos en el buen camino.
Gracias otra vez.

Leandro dijo...

A ti, faltaría más

Anónimo dijo...

¡Me llena de orgullo y satisfacción!

Leandro dijo...

¡Exacto, eso es! No terminaba de encontrar las palabras exactas

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