Una pausa dentro de otra pausa

12 junio 2013

Un día de esos en que necesitas que alguien te cuide. Y te paras un momento. Y miras a tu alrededor. Y todos los que hay a tu alrededor te miran. Y sus miradas te dicen que necesitan que tú les cuides. Y piensas: ¿yo? Y piensas: joder… ¿yo? Y piensas: tal vez alguien cuide de nosotros. Y piensas: quizá. Y piensas: ojalá, pero llega tarde a trabajar. Y piensas: o ni siquiera llega. Y piensas: lo han despedido. Y piensas: o ni siquiera existe. Y piensas: a trabajar. Y piensas: cuánta energía malgastada en refunfuñar. Y piensas: refunfuñar… qué palabra tan cojonuda. Y piensas: bueno, a lo mejor otro día. Y estás de acuerdo contigo mismo. Por unanimidad. Por una nimiedad. Y sigues adelante.

4 comentarios:

Amor dijo...

Esa necesidad es una de las cosas que mueve el mundo. O que nos mueven. Al menos a mí me saca bastante de mi casa.

Leandro dijo...

Sí, pero... ¿te saca buscando alguien que te cuide o alguien a quien cuidar?

Amor dijo...

Yo soy muy de cuidar pero de todo ha habido.
Ahora que lo pienso, qué confuso todo.

Leandro dijo...

¿Y quién no necesita que le cuiden cuando todo es tan confuso? O aún peor: ¿quién no necesita que le cuiden cuando todo está tan claro?

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